En esta nueva entrega, Sergio Rodríguez nos ofrece un tejido de poemas que oscila entre lo celebratorio y lo elegíaco. Con una gran cohesión temática y estética, donde canta al dolor de vivir, a la fragilidad de la existencia, que amenaza con diversas formas, con distintos modos de presentarse, con diversas trampas escondidas. Y nos invita a respirar por la herida. Y a crear un espacio de resistencia y una fórmula de conciencia para estar y ser. Una íntima pulsión. Lo que nos salva a pesar de la adversidad. «¿Qué abrigará lo pálido del mundo ». La fuente de los hechos, esa corriente continua, el asombro ante lo que sucede, el milagro de la memoria o la certeza de estar vivo. Y todo ello tamizado por un tono visionario que recuerda al más audaz Claudio Rodríguez. Un encuentro con alguien especial, la contemplación de una ventana, una sencilla copa de vino, un aroma o una cicatriz emocional que reaparece son algunos de los motivos que llevan al poeta a preguntarse por la adversidad, pero también nos hace celebrar el otro lado: la belleza implícita que hay en todo «a pesar de». Así, Sergio Rodríguez abandera la escritura como sanación, la palabra como algo para levantarse y seguir. En cada poema hay una respuesta cifrada y autocontestada.
