Cuando el cine vislumbrテウ la posibilidad de contar historias y de escenifi carlas, tomテウ el teatro como modelo y optテウ por el rodaje en estudio, el cual le ofrecテュa las condiciones materiales propias del teatro. El cine ha tomado mucho del teatro, ha hecho propios diversos ingredientes suyos, como la interpretaciテウn de los actores, el decorado, la escenografテュa, el diテ。logo y la dramaturgia, adaptテ。ndolos a sus propios medios de expresiテウn. La construcciテウn de las primeras salas de cine se hace eco de la arquitectura tテュpica del teatro. Mientras el califi cativo de ツォteatralツサ a menudo posee una connotaciテウn negativa cuando designa el estilo de una pelテュcula, es precisamente en su relaciテウn con el teatro donde el cine ha adquirido conciencia de su naturaleza singular como arte y de sus propios dilemas artテュsticos, entre la atracciテウn por la realidad y la trampa de sus falsas apariencias. Este libro se detiene no solo en las adaptaciones de obras de teatro a la pantalla, sino tambiテゥn, sobre todo, en las diversas formas que esta relaciテウn ha llegado a adquirir. El hilo conductor son los momentos en que el cine ha necesitado mテ。s del teatro para defi nir su ツォpequeテアa diferenciaツサ, como el paso al cine sonoro, la omnipotente televisiテウn o tambiテゥn la irrupciテウn de las nuevas tecnologテュas.Muchos cineastas sienten la necesidad del teatro para redefi nir las posibilidades del cine: Marcel Pagnol, Sacha Gitry, Jean Renoir, Alain Resnais, Charlie Chaplin, Carl T. Dreyer, Manoel de Oliveira o Jacques Rivette...
Forma parte de la colecciテウn ?Pequeテアos Cahiers de Cinemテ? dirigidos a estudiantes de primeros cursos de cine. Volテコmenes de la colecciテウn como Guiテウn o La luz en el cine han sobrepasado los 4.000 ejemplares de venta.