El siglo XVIII fue enormemente ingrato debido a dos hechos capitales: la extinción del Reino de Valencia como ente polÃtico y la anulación del valenciano como lengua de la gobernación y la justicia, sustituido por el castellano. La monarquÃa borbónica pretendÃa asà construir un nuevo estado uniforme. Desde el punto de vista de la transmisión de la cultura y de la literatura, el factor prestigio actuaba en un sentido negativo desde hacÃa un par de siglos, porque la nobleza habÃa quedado deslumbrada por el castellano y por la cultura que se irradiaba desde la corte castellana; esto comportó un olvido acelerado de los últimos autores valencianos, y va entrebancar la continuidad literaria. Esta obra, galardonada con el I Premio Germà Colón de Estudios Filológicos, analiza los trabajos y la figura discreta de Teodor Tomà s Palomar, canónigo valenciano que se aplicó a la modernización y la edición de textos medievales en lengua catalana con el propósito de rescatarlos del olvido y de proyectarlos hacia los lectores setcentistes, sin renunciar a la lengua en qué habÃan sido escritos; y todo esto sucedió cuando el reclamo y la tentación del castellano eran muy poderosos.