Estos cuentos hacÃan falta. Tienen el perfume instantáneo del relato árabe, la fusión inquietante entre la sofisticación del mundo cultural y la naturaleza impenetrable llena de llamados mÃsticos. Elssaca tiene la libertad narrativa propia del artista visual: detecta la imagen bella y la amplÃa en logradas sÃntesis sin ripios. El albatros con una argolla oxidada de Estambul reaparece años después en la bahÃa de ValparaÃso. Arte y naturaleza se funden en un virtuoso, breve latigazo. Asà los paisajes del remoto sur de Chile son pinturas de Constable, la misteriosa tejedora de sueños emerge de Botticelli, las ansiedades de los antropólogos tras las huellas del pasado perdido se actualizan en una realidad terrible y evocan el magnÃfico cuento "La noche boca arriba" de Cortázar. Un hábil guiño a Pierre Loti, estos relatos de corta extensión pero de larga huella.