La Guerra de la Independencia española ha dejado el convento de fray Perico destrozado. Al menos, la guerra ya ha acabado. Los frailes pasan mucha hambre, pues el huerto está vacÃo y no queda ni una gallina, ni un cerdo, ni un ternero... No queda nada. Ni siquiera los pájaros van por allÃ. Poco a poco y gracias a la generosidad de algunos ciudadanos, el convento se va recuperando y los frailes tienen qué comer. Luego, van arreglando las tejas rotas del tejado, la escalera... AsÃ, van recuperando la normalidad de siempre. El huerto vuelve a tener frutos, tienen animales, los pajarillos han vuelto y todos los frailes han recuperado la alegrÃa y la tranquilidad que tenÃan antes de la guerra.