Cuando escucho el canto de los pájaros y escucho la música que viene del rio, cuando contemplo la palpitante belleza de las flores que embellecen el jardÃn y veo cómo cada estación se pasea de una forma distinta por él, cuando huelo el perfume profundo de las sierras y las cañadas donde crecen las plantas olorosasy oigo el interminable diálogo entre ellas, cuando me siento contemplándome es esta contemplación y viviéndome en todas estas cosas. Mi espÃritu no acierta a desvestirse de ellas y a pensar, ni por un momento, que algún dÃa se vayan del paisaje y dejen solo al hombre.
