La habitación de Quique es un desastre.
Hasta que no la ordene, no podrá ver los dibujos animados, asà que, para ayudarlo, el
cacasaurio decide comérselo todo.
¡En un pispás el cuarto está como los chorros del oro!
Pero cuando el cacasaurio se zampa la cama, se hincha tanto que Quique y la gigantesca criatura
se quedan atrapados en la habitación.
Por suerte, como bien sabemos, todo lo que entra tiene que salir...