«Amigo Trino, escribir y dibujar estas cartas tan Ãntimas y recibir las tuyas es lo único que le da sentido a mi vida. Por favor, conservémoslas en secreto como testimonio de nuestro vÃnculo hasta que la muerte nos separe», le habrÃa dicho Jis a Trino al calor de las copas en uno de esos legendarios reventones tapatÃos a los que ambos suelen asistir. Sin embargo, por motivos no del todo claros, Trino decidió apuñalar a su camarada y contactó a los editores de Sexto Piso para hacer público el material, balconeando los secretos más recónditos que le confiara su hasta entonces mejor amigo. Cuando se filtró la noticia, un Jis colérico y despechado decidió pagarle con la misma moneda y envió un paquete bañado en lágrimas a las oficinas de la editorial, con la correspondencia completa que le enviara Trino.