El 12 de febrero de 1910 aparece en el Daily Mirror la fotografÃa de la visita del emperador de EtiopÃa y otros altos dignatarios al acorazado Dreadnought. Se ve a cuatro hombres negros, con ropajes ricamente decorados y turbantes relucientes, y a dos hombres blancos de pie, con elegantes túnicas y sombreros. Esta visita diplomática es, sin embargo, una broma organizada para burlarse de la Armada inglesa. Y, broma dentro de la broma, uno de los falsos etÃopes ni siquiera es un hombre: la primera por la izquierda, de hecho, no es otra que Virginia Woolf (1882-1941) disfrazada. Este famoso episodio nos permite captar algunas de las caracterÃsticas claves de la vida y la obra de la autora británica: el poder de la risa y el ridÃculo, la crÃtica radical del nacionalismo y el imperialismo, o la posibilidad de superar y mezclar las barreras de género. A través de estas guÃas básicas, es posible reconocer a Woolf como una intelectual refinada capaz de cuestionar las formas clásicas de la teorÃa y la polÃtica. Y, a partir de Una habitación propia (1929) y Tres guineas (1938), la lectura de sus obras permite comprender qué significaba ser mujer en un mundo de hombres como el de la primera mitad del siglo XX, cómo es posible pensar y trabajar por la paz y contra la guerra, y por qué el distanciamiento puede ser una postura polÃtica para conseguir, finalmente, divisar el cielo.