Para ti tocaré el arpa de diez cuerdas
Es un versÃculo del Salmo 144. Introduce, por una parte, en la contemplación del rostro de Cristo Jesús, en el cual debe mirarse la vida de un discÃpulo; por otra, en la experiencia de la oración, que es la fuente y el aliento de dicha vda. Es la llamada a la recuperación de esa alma "alegre y melodiosa" que constituye la substancia de una genuina vida de fe.