Hubo en la última época de la persecución del judaÃsmo secreto en España unas mil quinientas vÃctimas judaizantes ùdejando aparte los bÃgamos, fornicantes y otrosù de la Inquisición durante los primeros cincuenta años del siglo XVIII. Siendo además estos los que sufrieron el mayor rigor a manos del Santo Oficio. El judaizante era el único, con rarÃsimas excepciones, que sufrÃa la muerte en la hoguera. El historiador Michael Alpert, examinando minuciosamente las declaraciones de los reos y los testigos de los tribunales inquisitoriales de Toledo y Cuenca, ha ido reconstruyendo el dÃa a dÃa de estos judaizantes, describiendo en esta obra cómo fue el fenómeno del judaÃsmo secreto en las circunstancias españolas. «La peculiar naturaleza de la historia de España y Portugal hizo que la Inquisición tuviera más arraigo y duración que en otras partes. La alianza del poder civil y la Iglesia en la PenÃnsula era tan Ãntima que en España fue precisa una tercera revolución liberal para abolir el Santo Oficio».