Son pocos los autores españoles de sesgo orientalista. Por eso la obra de Luis Valera adquiere una relevancia mayor en los primeros veinte años del siglo XX. Su curiosidad por todo lo relacionado con Oriente le lleva a explorar aquella cultura: erotismo, costumbres, religión, demografía. El relato de esta amenísima historia nos traslada al mundo de los placeres prohibidos, en navegaciones, escalas, puertos y ciudades exóticas de oriente. Su protagonista se ve arrastrado por una pasión fatal hacia una compañera de viaje que le lleva a peregrinar por sórdidos ambientes de ciudades, desde Shangay o Saigón hasta Singapore. Las ilustraciones son del gran dibujante y pintor Rafael Romero Calvet. Malagueño, nacido en 1885, residente en la Residencia de Estudiantes, fundador junto a Ramón Gómez de la Serna de la tertulia de Pombo, colaboró en publicaciones como las de El Cuento Semanal, o Los Contemporáneos. Los problemas mentales le llevaron al manicomio, donde murió en 1925.
