Tengo que decirte algo y no es agradable ni fácil. Un día nos volveremos a ver y será la última vez que lo hagamos, igual que un día te diré que te quiero y después no lo haré nunca más, algún día dejará de soplar el viento que me vio crecer en el norte de África. Quizá ese día llegue mañana y mañana mismo se acabe el mundo. En ese caso, sería para mí un orgullo poder decirte con franqueza que en las líneas que conforman este libro podrías encontrar los rasgos principales de un hombre que amó, falló, creció y, en definitiva, vivió con toda la pasión que le permitieron sus entrañas. Es por eso que te escribo estas palabras. Es por eso este libro es necesario. Para que sepas quién soy. Para que me recuerdes cuando ya no sople el viento.
