Un camino para encontrar Su voz ¡OÃr a Dios! Una tarea tan vital como desconcertante. En la civilización del ruido, encontrar el silencio es más difÃcil que nunca. ¡Pero nos va la vida en ello!: en ¡oÃr a Dios! , mejor, escucharle. Cállate, deja de hacer cosas, ponte delante de Él, mÃralo, deja que te deslumbre y adórale en su maravilla. MÃrale y escucha qué te dice, y cree. Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos y Él es quien nos hace divinos. Tú y yo solo tenemos que oÃrle. La iniciativa es suya. ¡Déjate llevar! No trates a Dios como tu «muleta» para alcanzar el cielo o el «mago» que resuelve todos tus problemas, o el «micrófono celestial» al que gritas tus súplicas a ver si te responde. O la «autoridad» que te castiga si no sigues las reglas: el dios que te recrimina que no eres lo suficientemente bueno. Dios es un Padre que te ama más que nadie, que te mira, te habla y te escucha en el silencio del corazón. Nunca me han gustado ni los métodos ni los sistemas rÃgidos, mucho menos referidos a Dios. Este libro no es por tanto un manual de cómo hacer oración. Te ofrezco solo algunas sencillas ideas, surgidas de la vida y la experiencia, para que oigas al Señor y dejes que Él te transforme.