Cada noche me sumerjo en mis mundos, son mis CASAS DE AGUA, al entrar transforman mi realidad dando sentido a mi vida. Este es el retrato de una realidad no vivida, una realidad construida para sobrevivir. Son mis mundos, a ellos creo que escapo; aunque, a veces, más que escaparme, me invaden y me atrapan. No sé bien si esas casas me cobijan. No sé bien si al mirar esas ventanas empapadas en m¡, me liberan o me encierran. No sé bien si esos mundos creados son mi existencia real o mi cotidianidad es el sue?o., solo se que al habitar en ellas descubro un nuevo espacio para mi y as¡ lo que abandoné es otro y la a?oranza del pasado se transforma en otra escena nueva en la que cada uno es y define una nueva historia. Es as¡ como yo, frente a m¡, invadida de m¡ misma, observando ese vaciarse, presente en cada CASA, en cada sue?o, en el camino a esa desobra constante de mi interior, vuelvo a la vida como en un acto de limpieza e inmersión, segura de que nunca volverá a ser lo mismo. Cada casa que habita en m¡, es mi cobijo y mi destrucción, y cada mirada desde m¡, es otra y diferente, y construye ese l¡mite ent
