En el año 1939, Rawicz, un joven oficial de caballerÃa polaco, fue arrestado por los rusos y enviado, después de brutales interrogatorios, al inhóspito campo de concentración 303, en el corazón de Siberia. Consciente de que permanecer allà hubiera significado una muerte segura, organizó su escapada junto a otros seis compañeros.