Desde su muerte en 1816, la obra de Jane Austen habÃa ido ganando paulatinamente adeptos en los cÃrculos literarios británicos. En 1870, James Edward Austen-Leigh, hijo del hermano mayor de la novelista, creyó que habÃa llegado el momento de publicar un esbozo biográfico de su tÃa y, antes de que alguien ajeno a la familia se le adelantara, quiso escribirlo él mismo. Sus Recuerdos de Jane Austen fueron, pues, no sólo la primera biografÃa de la escritora, y durante mucho tiempo el texto en el que se basaron las demás, sino la primera defensa por extenso de sus obras, que en su tiempo muchos consideraron «insulsas y banales, faltas de colorido, y carentes por completo de aventuras e interés». James Edward Austen-Leigh reivindica precisamente las cualidades que hoy más apreciamos de la autora: sus novelas, dice, «son como fotografÃas en las que los rasgos no se suavizan». Con cartas, pequeñas composiciones juveniles e incluso un cómico «Esquema de una novela atendiendo distintas recomendaciones», esta breve biografÃa compone un delicado y divertido retrato familiar de una personalidad genial.