Sí, soy el protagonista de cuatro historias que lo único que tiene en común es el ambiente natural donde se desarrollan, por no decir que soy yo mismo. Es difícil, muy difícil, estarse quemando y no darse cuenta; es difícil, muy difícil, vivir aislado del mundo estando rodeado por el mundo; es difícil, muy difícil, vivir en dos mundos al mismo tiempo; es difícil, muy difícil, encontrarse con uno mismo en medio de una tormenta. No, no estoy hablando de fantasías y sí, estoy hablando de experiencias vividas que me parecen fantásticas. A esta edad de la vida -tengo 96 años- estoy sorprendido de las cosas que voy descubriendo. Amigo lector, acompáñame en estas cuatro aventuras realistas y dime si estoy confundido, que son solo sueños. Si, como se dice, «todo es posible en la dimensión desconocida».
