Padres y madres abren la puerta de la habitación de sus hijos, y ahà los ven, con la noche avanzada, solos, frente a una ventana de infinitas posibilidades. Al otro lado, una legión de ingenieros de software y expertos en marketing trabajan para mantenerlos pegados a la pantalla. El uso responsable del móvil parece una lucha desigual: la fuerza de voluntad no es suficiente cuando nos batimos con algoritmos y tecnologÃa de última generación. Aunque la tarea sea ardua, abordar una sana convivencia con la tecnologÃa móvil es esencial para lograr un óptimo desarrollo emocional en los jóvenes. Este libro trata de entender las inquietudes de niños y adolescentes, y proporcionar posibles respuestas a los peligros a los que pueden enfrentarse. Sexting, grooming, cyberbullying, trolling, fraping? el listado de amenazas se hace cada vez más extenso. Ante ellos, los padres, a menudo con una brecha digital considerable, van con la lengua fuera, intentando ordenar toda esa realidad que se les escapa. En las redes sociales, la popularidad se encuentra a golpe de clic; los likes, sonrisas, corazones o comentarios son muy tentadores para muchos adolescentes, lo que puede distorsionar su escala de valores y fomentar una percepción equivocada de la realidad. Las estadÃsticas son elocuentes: los niños tienen móviles cada vez más pronto y los usan muchas horas al dÃa. Sin embargo, no hay una fórmula matemática para asegurar un uso razonable de las tecnologÃas. La cultura del acuerdo, la coordinación entre familias y centros educativos, el ejemplo de padres y madres, y una legislación que sepa adaptarse a la realidad digital serán fundamentales para afrontar uno de los retos educativos más complejos del siglo XXI.