De joven, a Juan J. González González, una mente desinquieta siempre lanzada a la aventura de poner en práctica cuantas ocurrencias nacían frente a sus ojos, le gustaba escribir pequeños relatos sobre las carreras de coches su gran pasión, los cuales acompañaba con bocetos de sus propios diseños. En su primer proyecto literario en solitario, el autor intenta plasmar sus vivencias en un tiempo en el que la armonía en el entorno familiar propiciaba el desarrollo de todo su ingenio, mientras iba adquiriendo conocimientos compartidos con su inolvidable vecino Andrés El fotógrafo. El legado es una novela que recuerda, a través de un lenguaje sutil y de forma cronológica, la infancia y la adolescencia de Juan J. González González. Destacan sobremanera el uso de canarismos que, sin duda, enriquecen el paisaje literario de la obra. Está usted frente al resultado de la suma emocional de una vida entera, o como dice Fidela Velázquez en el prólogo: En definitiva, retazos de la vida misma, con experiencias alegres o dolorosas, pero siempre generadoras de crecimiento personal.
